Las subrasantes blandas imponen problemas a los ingenieros geotécnicos y de pavimentos a la hora de diseñar pavimentos de carreteras y plataformas de construcción, ya que su módulo y capacidad portante no cumplen los requisitos para soportar la carga de diseño. Los problemas son mayores cuando la subrasante blanda está formada por arcillas expansivas, muy extendidas en Queensland (Australia). La sustitución de la subrasante, el tratamiento con cal y una cubierta granular más gruesa sobre la subrasante se utilizan ampliamente para tratar las subrasantes blandas y expansivas. Sin embargo, estos métodos de tratamiento del subsuelo imponen numerosas preocupaciones medioambientales y financieras, ya que utilizan recursos naturales que se agotan y producen polvo y gases de efecto invernadero. Por lo tanto, la investigación sobre residuos de construcción y demolición ha sugerido el uso de áridos procedentes de hormigón reciclado (RCA) y de pavimentos de asfalto reciclado (RAP) como sustitutos de grava natural. Además, la investigación en curso está investigando el uso de residuos tales como cenizas volantes, cenizas incineradas, y escorias para tratar las subrasantes blandas y expansivas.